Resumen
El gasto en protección social es el principal estabilizador automático desde el lado del gasto para atenuar la fase recesiva de los ciclos económicos. En los países de la Eurozona existen, desde su configuración, importantes diferencias en el gasto en protección social. Esta divergencia se ha visto acentuada con las políticas de austeridad implementadas para superar las crisis económicas que se producen tras la crisis financiera internacional. Al inicio de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, España estaba entre los países de la Eurozona con tasas más elevadas de riesgo de pobreza y exclusión social y el gasto en protección social dedicado a la lucha contra la pobreza y exclusión social tenía un peso relativo menor respecto a los países de la zona. La actual crisis ha conducido a replantearse la función que los programas de garantías mínimas de inserción juegan en la reducción de las tasas de pobreza, y a la aparición de una nueva prestación no contributiva, el Ingreso Mínimo Vital.
Spending on social protection is the main automatic stabilizer on the expenditure side to cushion the recessionary phase of economic cycles. In the countries of the Eurozone, there have been significant differences in expenditure on social protection since its inception. This divergence has been accentuated by the austerity policies implemented to overcome the economic crises following the international financial crisis. At the beginning of the health crisis caused by Covid-19, Spain was among the countries of the Eurozone with the highest rates of risk of poverty and social exclusion, and spending on social protection dedicated to the fight against poverty and social exclusion was relatively less than the countries of the zone. The current crisis has led to a rethinking of the role of minimum insertion guarantee programs in reducing poverty rates, and to the emergence of a new non-contributory benefit, the Ingreso Mínimo Vital.